Anoche estaba pensando,
que cuando dos personas están juntas
no se distingue cuál sombra es de cuál,
como si dos sueños en tres copas
se encontraran en una misma caja,
y ambos durmientes (o dos sueños en un mismo),
despertaran a la vez.

No sé si me explico,
pero lo intento y lo intento,
es que hay que explicar todo
para contar luego la historia.

Decido entonces
soltarle algo de cuerda a mi barba azul
pero no muchos pensamientos
para no quedarse pegado digo.

Tu sabes,
 me cuestiono bastante
sobre todos los asuntos,
pues es fácil seguir los flujos experimentales
cuando pruebas cosas repetidas,
sobre eso estoy seguro pero cansado.

Continúo,
anoche estaba pensando
que si nosotros
bailamos
sobre el viento,
no tendríamos oportunidades mujer.

Y me sigo cuestionando,
a la vez que trato de hacerme comprender,
talvez si ayudaras,
aprendería.

Pero no quiero,
solo deseo,
en mi mas intimo fuero interno,
volver a alzarme
sin rasguños
ni consecuencias.

Anoche no paraba de pensar,
y tu sombra me aparecía,
pero no me confundía
entre la tuya y la mía.












Sobre la noche


Abarco la noche,
expectante a mis sentidos,
a que aparezcan, a que lluevan sobre mis platos
para llenar mi vaso de agua.

Continúo,
abro mis brazos para sostenerla entera,
y mis dedos surcan el mapa astronómico,
estableciendo límites de cielo,
clavados en el papel.

Aunque esté solitaria la necesito.
Y aunque la luna se duplique,
y trace casi un triángulo con su movimiento
de manera que me aleje de ella
y luego,
automáticamente,
desesperado,
descanse abrazando la arena,
aún así,
seguiré planeando su captura.

De saltimbanqui saltaré
sobre cada piso que compones,
sobre tus ideas, tus bombones,
y las palabras que nacen de tu falso castigo.

Ya no necesitaré nada,
solo te necesito sin
espacios indefinidos,
opiniones ajenas
que se han escupido agriamente
sobre tu cintura.

Sigo tramando estas memorias encarnadas,
que en demasía,
¡en insolencia!,
necesitan ser postergadas,
para mañana.