Devuélveme el alcohol.


Cuando todo se torna de un color ciego,
puedo verlo verde,
imagino lo que duele inventar
esas enigmáticas visiones.


Una pequeña le dijo,
que hermosa es tu crema,
mil pisadas en barro regalaría,
y hasta del mármol me reiría.

Cielos hasta donde llegamos,
que en cada bidet,
diez gritos alcanzamos.

Amor que bien hueles,
el joven respondió,
si sigues así me lo mueles.

Pero su abuela llegó,
"niña qué estás haciendo!"
abuela para que ya se ahogó.

Y así juntos se fueron en un auto,
a terminar su epopeya,
de a poco se dirigió hacia ella,
pero con su habilidad era poco cauto.

Ponte el cinto,
que mas allá pararemos,
sí, y juntos lo haremos,
ya pásame rápido el tinto.

El joven reaccionó lento,
un peatón pronto salió
y del coche no se separó,
dijeron que fue el viento.

El joven despertó,
que ha pasado,
pues que sin padre te has quedado,
en vida bien le acertó.

Unidos.



Hace mas de 160 años ya, que luchamos por alcanzar los intereses y objetivos inmediatos de la clase obrera. Por alcanzar el nivel prodigioso de equilibrio, el que con tanto afán tratan de romper los hombres de mal, que prefieren acumular ganancias en vez de favorecer el acceso a una educación igualitaria, digna. Con fusil en mano tuvieron que luchar algunos para que la igualdad esté en cada casa, en cada techo, para que cada obrero, cada minero, no deba quedarse en silencio observando como un grupo de hombres crecen y se divierten fumando sus puros y tomando whisky bajo la sombra. Que el cobre es nuestro, de cada hombre. Que cada hombre es pueblo, nunca más manos vacías, no más oprobio. Y con alegría celebraremos nuestra patria, la patria del pueblo.
Nos moveremos, en cada calle, en cada estación, gritaremos y canteremos nuestros himnos. Y si nos preguntan, responderemos orgullosos de nuestro marchar libre, volaremos por las sendas de la justicia, y millones de hombres gobernarán, regalaremos patria a cada familia, a cada niño embarrado, a cada trabajador. Cada gota de su sudor será patria, será la consolidación de la humanidad, de paloma libre, libre de segregación, de discriminación, no habrán clases sociales, seremos todos pueblo, todos libres, cada uno formará la máxima unidad, unidad por la cual ha luchado cada hombre de bien.
Rendiremos homenajes a cada combatiente, a cada hombre que dio su vida por sus ideales, nuestros ideales, de todos. Y si es necesario lucharemos con más fervor, en cada bocanada de aire respiraremos la hoz y el martillo, el trabajo social, el esfuerzo por llegar a la cúspide.

Levántate y grita por la paz, que nuestros hermanos murieron para eso.

Nadie nos dominará, el reino de justicia es nuestro, el viento soplará en pro de nuestro combatiente.

COMPAÑERO, JUNTOS IREMOS UNIDOS EN EL PUEBLO.

Y menos en el pavimento.


Ella,
ella pinta mis sueños de un contraste mas que poseído,
un color casi ido,
con manos de porcelana.


Cariño,
agrégale algo más de miel,
que no quiero sentir mas la hiel.

Nunca nunca.

Ya casi tocamos el espejo,
lo probaremos,
sentiremos algo más que un dejo.

Mantén los cigarros cerca,
que el humo difusa mis pensamientos.
rápido, que comienzan a salir.

Centelleos,
tratan de mantener todo lleno.
A palos si es necesario,
para ordenar sus asuntos.

Ah, dulce condensar de las imágenes.

Niña,
te prometo que no dejaré
que alguna de tus lágrimas acaricie el suelo.

Estaciones.


Hemos reído, hemos soñado,
adiós, me voy con mi gorro quemado.
A quien miento, he amado,
yo, que nunca me creí cazado.

Adiós a mi teclado,
si papá, soy la manzana podrida.
Si papá, debo ir mas lento.
Si señor, ahora me iré.

Adiós a las tardes en el muelle,
a las loterías francesas,
quiero volver a estar cansado,
nunca más enamorado.

Cada estación callo,
ruedo ruedo ruedo.

Dejaré de ver desmayos.

Adiós my little one.

Reza por mí.
Porfavor,
que no es dificil así.

Y de tus manos han manado.

Yo, que nunca me creí casado

Cierra la ventana.


Prendo el cigarro,
en la melancolía del tejado.
Y aunque a varios días a caballo estemos,
seguro estoy,
de que ambos vemos,
a la misma hora,
la misma luna.

Y tratamos de mantenerlo real...

Muchos sienten mariposas en el estómago.
Yo las siento en las nubes,
alumbradas por esa pálida luz.

Lo mismo cada día,
lo llaman rutina.
Yo no, ahora.

Conocemos nuestras historias,
nos acechan los mismos monstruos.
Bajamos el río, nos bautizamos.
Vigilamos nuestras infancias.
Las casas, las calles, los niños.

La tinta desciende,
la arena vuela por la hoja.

No podemos despertar
sin que nos falte
el constante zumbido,
el movimiento de la mano,
la carrera de los dedos,
la automática, pero no forzada,
sonrisa.

Lo que vendrá será mejor.

Millones de voces
que cantan nuestras victorias,
vitalizan nuestro trabajo.

Compartimos más que un cigarro.

La misma persona
nos trae la bandeja,
y la arrastra por el espacio vacío,
que, contradictoriamente,
rellena el aire entre cadena y cadena.
La fortifica.

Mi pelo sucio,
tus pitillos a cuadros.

Mierda, el filtro.

Caso presupuestado.

Hubo un acorde de muy bajo presupuesto, que acorde con lo presupuestado, acordaba presupuestar el acordado prospecto, pues proyectándose cuerdo, acorazonado, dueño de cierta corazonada, acordaríase éste de posponer el caso prestado.